Thursday, December 22, 2005

Hoja nº 7 de mi cuaderno de bitácora



Me cuenta Leo que tiene que hablar conmigo porque ayer fue malo y cita exactamente estas palabras: “tengo que hablar contigo porque ayer hice una cosa mal, ayer fui malo, Juanma.” Aunque ya le conozco y alguna vez ha mencionado su maldad siempre se trataba de sucedidos graciosos que le han pasado como consecuencia de pedir con toda la inocencia del mundo una miaja de justicia que para él es algo absoluto como el calor de agosto o el frío de enero.
Me cuenta Leo que en la pared del jardín de su casa han salido unas grietas que lo afean y ha pedido que se las reparen. El constructor, al principio le ha tratado con condescendencia, convenciéndole de que eso es bueno para su casa porque si se asientan los cimientos ahora, aunque salgan grietas, nunca se hundirá. Leo no sólo lo entiende sino que lo acepta, pero como las grietas afean la pared hace que durante la conversación el constructor reconozca que hay soluciones técnicas para que aún estando ahí por el bien de su casa, las grietas no se vean. Entonces le pide que por favor, las aplique para así estar más satisfecho de su casa y de su constructor. Cuando éste advierte que ha sido envuelto y en cierto modo se ha comprometido, tira por la calle de en medio y le dice a Leo que nunca irá a ver esas grietas y que nunca se las tapará, y si tiene alguna duda que reclame al maestro armero. Leo se despide lo más amablemente que le permite su indignación y sale humillado del despacho a la sala donde hay mesas con ordenadores. Al pasar junto a una de ellas le da un codazo a un altavoz que rueda por los suelos y se hace añicos. Esta es toda la maldad de Leo.
Ahora pasemos al análisis:

1. Todo parece indicar que Leo ha sido violentado por su constructor, porque pudiendo éste darle satisfacción no ha querido hacerlo. Una persona que hace esto es mala , así que, el constructor es malo.
2. Leo, de natural pacífico ha reclamado argumentadamente a su constructor una cuestión justa que incluso ha admitido realizable, pero cuando se da cuenta de que ha sido convencido de ello , es decir no es una decisión espontánea suya sino inducida por Leo, reacciona negándose a actuar justamente y una persona que conoce lo que es justo y no lo concede es mala, por tanto el constructor es malo.
3. El constructor puede seguir argumentos hasta entenderlos y comprender cuál es la verdad y la justicia, pero le molesta que le convenzan y prefiere actuar espontáneamente aunque sea injusto y pueda provocar males en cadena como indignar a una persona, humillarla inútilmente, apesadumbrarla por sus actos, que se rompa un altavoz de ordenador, etc. Una persona que actúa sin reflexionar sobre sus actos y prefiere ser injusto antes que admitir que alguien le muestre la verdad y la justicia es una mala persona que puede provocar muchos males , así que el constructor no sólo es malo sino tonto, y probablemente lo ha notado una vez más .
4. El origen de todos los males es la estupidez del constructor que ha desarrollado males en cadena que parecen acabar con la rotura del altavoz y en la absoluta inocencia de éste, que sólo es un objeto sin alma. Pero ¿qué pasa con el alma de Leo? ¿Quién es más inocente Leo, o el altavoz?El lugar para argumentar sobre la inocencia o la culpabilidad es el juicio y su dilucidación se concreta en la sentencia, así que nos inhibimos sobre la inocencia o culpabilidad del altavoz por no ser ni sujeto ni objeto de juicio porque es cosa u objeto, (pero no de juicio, insistimos) y sentenciamos que Leo es inocente porque aunque actuó injustamente el sujeto u objeto de su injusticia no es sujeto de derecho y además fue inducido por una situación de humillación e impotencia. Otrosí sentenciamos que por las evidencias del análisis anterior , el constructor es culpable de maldad absoluta originada en su absoluta ignorancia y agravada por indicios más que claros